Cómo «The Old Vic» encontró el éxito y reinventó la experiencia teatral durante la pandemia de COVID-19

Un año después del inicio de la pandemia de COVID, las organizaciones culturales debieron adaptarse de nuevas maneras para hacer que el arte fuera accesible al mundo en un momento en que más se necesitaba.

The Old Vic, el teatro independiente más famoso de Londres, tuvo un gran éxito al pasar de las representaciones presenciales a una experiencia en línea. Nos sentamos con Sam Sargant, director general de The Old Vic, para comprender cómo afrontaron este cambio y llegaron a nuevos públicos, a la vez que respetaban el distanciamiento social y las pautas gubernamentales.

¿Puede contarnos más sobre The Old Vic?

The Old Vic es el teatro independiente sin fines de lucro de Londres. El edificio existe desde hace más de 200 años y está en constante cambio. En todos estos cambios, la constante ha sido seguir siendo un lugar de brazos abiertos. Es inclusivo y acogedor para todos.

Hoy en día, tanto nuestro público como nuestras producciones son diversos. Nuestro trabajo abarca desde producciones internacionales con estrellas como Claire Foy o Andrew Lincoln hasta colaboraciones con nuestra comunidad local de escuelas y jóvenes a través de nuestros programas educativos y comunitarios.

¿Qué sucedió para ustedes en marzo de 2020, y cómo se les ocurrió la idea de organizar presentaciones en directo a través de Zoom?

Fue duro. Tuvimos que cerrar nuestras puertas de manera repentina y perdimos el 90 % de nuestros ingresos de la noche a la mañana. Cuando tuvimos que cerrar en marzo de 2020, todavía teníamos dos semanas de una obra con Daniel Radcliffe y Alan Cumming en cartelera y una producción con entradas agotadas de 4000 Miles, protagonizada por Eileen Atkins y Timothée Chalamet, en los ensayos. También fue la primera vez que tuvimos que cerrar el edificio desde la Segunda Guerra Mundial.

Mientras trabajábamos en la logística del cierre temporal y la reprogramación de la producción, participamos en muchas videollamadas con socios de todo el mundo. Fue entonces cuando surgió la idea de las presentaciones por Zoom. Comenzamos a pensar en una forma de replicar la sensación de «llamada de Zoom» en los espectáculos, pensando en presentaciones en las que las personas están separadas pero todas juntas.

Desde el punto de vista técnico, ¿fue fácil de implementar?

Combinamos nuestro conocimiento interno y la tecnología de Zoom. Nuestro increíble equipo de escenario se convirtió en operadores de cámara, y nuestro departamento de sonido asumió todas las responsabilidades de transmisión. Al mismo tiempo, el equipo de Zoom nos ayudó a implementar la logística de transmisión y registro.

¿Cómo hicieron para promocionar estas nuevas producciones «en línea»?

La serie IN CAMERA es una recaudación de fondos y una oportunidad para ayudar a mantener The Old Vic abierto y próspero, incluso cuando nuestras puertas estaban físicamente cerradas. Nos conmovió que la gente se uniera y quisiera apoyarnos. También fue emocionante formar parte de algo nuevo y diferente durante ese tiempo, después de haber sufrido fuertes sensaciones de aislamiento.

A partir de ahí, dependimos mucho de las redes sociales, el boca a boca y el increíble apoyo de nuestros seguidores de siempre para promocionar nuestras producciones.

¿Sabe cuántas personas vieron las presentaciones?

Ha sido fantástico. Cerca de 94 000 hogares han disfrutado de nuestras producciones IN CAMERA desde todas partes del mundo. Alrededor del 40 % de ellos eran nuevos en The Old Vic, lo cual es excelente en términos de desarrollo del público y el alcance de la obra.

El otro aspecto fantástico, que nunca hubiéramos podido hacer sin este medio, es el alcance internacional. Y se vio en 88 países de todo el mundo.

En medio de la pandemia, también ofrecimos entradas gratuitas a residencias de ancianos de todo el país para ver OLD VIC: IN CAMERA – A Christmas Carol. Más de 2400 residencias de ancianos lo aprovecharon, lo cual es increíble si se tiene en cuenta que a estos públicos les resulta más difícil acceder al teatro.

¿Qué consejo le darías a otras organizaciones culturales que están considerando realizar producciones en línea?  

Anímense a dar el paso. Es una gran aventura. Pero tiene tantas recompensas posibles al final que vale la pena hacerlo.

Desde el punto de vista logístico, lo más importante es pensar en la experiencia del cliente y en su recorrido. Zoom ha sido un socio extraordinario, desde la integración con nuestra taquilla hasta la audiodescripción y la subtitulación de todas las presentaciones.

¿Espera que esta experiencia en línea continúe?

Continuará de una forma u otra. Lo que esta experiencia ha permitido en términos de mayor alcance y accesibilidad es inmenso. ¡No puedo creer que no vaya a continuar de una forma u otra!